1/12/10

LA MEGAMINERÍA A CIELO ABIERTO : CRIMEN DE LESA HUMANIDAD

Diana Duque Gómez


Las circunstancias económicas actuales están marcadas por un control absoluto y un crecimiento desmesurado del capitalismo monopolista, encarnado en la sinarquía* dueña de las grandes corporaciones y multinacionales que han entretejido su decisivo y liberticida dominio económico y político a través de los Estados (mercantilismo). Así, afirma Erich Fromm que “un pequeño grupo, del cual depende el destino de gran parte de la población, ejerce un poder enorme sobre la sociedad”(1).

La economista Hazel Henderson afirma que “en la mayoría de las sociedades industrializadas, gigantescas instituciones corporativas controlan el suministro de mercancías, crean demandas artificiales mediante la publicidad y ejercen una influencia decisiva en las políticas nacionales. El poder económico y político de estos gigantes corporativos impregna todas y cada una de las facetas de la vida. Los mercados libres desaparecieron hace mucho tiempo”(2). La concentración cada vez mayor del capital y la riqueza en estas grandes corporaciones hace imposible la libertad individual y, por tanto, la independencia económica, la iniciativa, la creatividad y, obviamente, la competencia libre, instaurando la esclavitud generalizada, el saqueo y destrucción de la naturaleza y las crecientes pobreza y enfermedad.

19/9/10

POR UNA SOCIEDAD LIBERTARIA

Diana Duque Gómez

Se denomina sinarquía el grupo de personas dueñas del capital financiero, de las corporaciones, de los monopolios, de los grandes negocios y del Estado, que deciden en beneficio propio los asuntos políticos y económicos de un país a través de ese Estado, instrumento fundamental de la dominación y expoliación del ser humano.

El sistema económico y político imperante en el mundo es el mercantilismo, resultado del fortalecimiento del poder liberticida del Estado. El mercantilismo es el régimen que mantiene el poder de la sinarquía a través del Estado y que está basado como afirma Vargas Llosa en todo “un sistema de privilegios pactados entre el poder político y los grupos empresariales influyentes, que garantiza a éstos monopolios y prebendas y que los salvaguarda de tener que competir”(1). Expresa Enrique Guersi que “esencialmente el concepto de mercantilismo se asocia al de una economía políticamente administrada, donde la competencia económica se transforma en una competencia por privilegios o rentas a obtenerse del Estado sin que necesariamente exista contraparte productiva... la empresa como privilegio, la ley como discriminación y la propiedad como restricción caracterizan el mercantilismo”(2).


El sistema mercantilista le procura a la sinarquía la conservación de la propiedad del Estado, garantizándole perversamente los monopolios esenciales: dinero, tierras, gran industria, aranceles y tarifas, patentes e información. Así, el Estado limita y en muchos casos elimina el acceso a las actividades económicas a nuevos empresarios, con unas leyes que asignan la riqueza y mantienen los monopolios, con la enmarañada y mafiosa tramitomanía, con el ardid de las patentes –uno de los mecanismos más siniestros de censura o apropiación de las nuevas ideas y del usufructo de la naturaleza- y con unos impuestos y aranceles expropiadores. Convirtiendo, de esta manera, la economía de libre mercado en una gran falacia. Cuanta razón le asiste a Murray Rothbard cuando señala que “el Estado es la vasta maquinaria de la delincuencia y de la agresión institucionalizadas, la ‘organización de los medios políticos’ con el objetivo de enriquecerse... el Estado es una organización criminal coactiva que se apoya en la institución de un sistema de impuestos-latrocinios de amplia escala y se mantiene impune porque se las ingenia para conseguir el respaldo de la mayoría, al asegurarse la colaboración y la alianza de un grupo de intelectuales que crean opinión y a los que recompensa con una participación en las esferas del poder y de su botín”(3).

La imposición del mercantilismo ha llevado a una reducción constante de la libertad individual, a la creciente concentración de la riqueza , de la industria y naturalmente del poder político en manos de esa sinarquía mundial. Según David Rothkopf, esta sinarquía está compuesta por 6.000 personas entre las que hay incontables lazos que las vinculan entre sí: familiares, asociaciones empresariales, inversiones, participación en las juntas directivas, vínculos universitarios, relaciones forjadas a través del trabajo o a través de los negocios. Cada nación es un club privado. El club incluye algunas familias claves. En la práctica, esta élite controla el 85% de la riqueza global y el 2% de la sinarquía posee la mitad de la riqueza del planeta. Lo que conlleva a que la verdadera desigualdad sea brutal. Esto se refleja dramáticamente en que de las 6.800 millones de personas que hay en el mundo, la mitad de ellas viven con menos de dos dólares por día (4).

Pero el gran poder de esa sinarquía radica en el control, cada vez mayor, del ser humano llevado a cabo mediante la manipulación de los pensamientos, sentimientos y gustos del individuo plasmados en una cultura que forja un carácter social del tener que impone los valores de la codicia, el lucro, la fama y el consumismo; todo esto acompañado de la promoción del fetiche estatista, esclavizador, destructor de la capacidad creadora y de la iniciativa libre, generador de apatía e impotencia, donde el ser humano es reducido a simple engranaje de una máquina burocrática. El ser alienado en el tener, afirma Erich Fromm, “no debe producir ni crear algo nuevo. De hecho, los individuos del tipo del tener se sienten perturbados por las ideas o los pensamientos nuevos”(5). Esta dominación del ser humano es reforzada por el Estado con el monopolio de la coacción y legitimado por los intelectuales, los cuales han promovido el gran sofisma del Estado como redistribuidor de la riqueza y proveedor de la justicia social. Como afirma Dalmacio Negro “la doctrina y la ciencia política contemporáneas apenas tienen como objeto que justificar el Estado y su actividad” (6).

Reviste particular importancia para los dueños del poder hacerse con el control del sistema educativo para moldear las mentes y los corazones, imponiendo al ser humano unas falsas creencias y unos conceptos liberticidas, orquestados en un paradigma dominante materialista-mecanicista-darwinista, supercherías bendecidas como “verdad” en los altares de una ciencia oficial, según las cuales, por ejemplo, la naturaleza se caracteriza por la competencia despiadada y por la supervivencia del más fuerte (darwinismo) convirtiendo la vida en un campo de batalla constante, llena de sufrimiento, pobreza, injusticia y guerra. De donde se desprende muy convenientemente que el ser humano es un “salvaje” que necesita ser gobernado por la sinarquía a través del Estado para protegerlo de sí mismo.

Afirma el biólogo español, profesor investigador de la Universidad Autónoma de Madrid, Máximo Sandín que “el darwinismo surgió en los países anglosajones donde la concepción calvinista del mundo sostiene que el hombre es egoísta por naturaleza... y que los más aptos, los más elevados y bendecidos por la naturaleza, son los que tienen ‘derecho biológico a ser caudillos y dirigentes’. Como decía Francis Galton, primo por cierto de Darwin y fundador de la Eugenesia... el darwinismo fue desde el principio una especie de montaje llevado a cabo por gente influyente como Huxley o Hooker, científicos prestigiosos y con mucho poder en Gran Bretaña, porque se adecuaba a sus propias creencias. Porque lo cierto es que se silenciaron las voces de los científicos discrepantes y se estableció el darwinismo que no es más que una forma de ver la vida muy conveniente para las clases que dominan el mundo. Porque eso de que la vida es competencia y de que los más aptos están llamados a dominar les viene muy bien a los dominadores”. Y agrega Máximo Sandín que “todo el paradigma biológico creado en torno a la selección natural –es decir, a la Teoría de la Evolución de Charles Darwin, epicentro hoy del mundo no sólo natural sino social- carece de base científica... Lo que nos debe preocupar es el montaje darwinista porque es el que dirige y controla la docencia y, sobre todo, la investigación, y el que impone su visión ‘científica’ de la vida y de la sociedad, la que ha llevado al mundo a la situación actual”(8).

Por su parte, el materialismo, de acuerdo con el diccionario, “sostiene que todo lo que existe es materia, o al menos depende de ella. En su forma más general afirma que toda realidad es esencialmente material”(9). Un desarrollo notorio del materialismo se dio con el modelo mecanicista de Newton y Descartes en el que se considera al mundo como una máquina: la materia es sólida y está constituida por diminutas partículas que se mueven de acuerdo a leyes de la naturaleza que pueden describirse con absoluta certeza. Esto es, “un mundo no viviente de objetos inanimados”(10). Es un universo donde no tiene cabida la conciencia ni la espiritualidad. En síntesis, este modelo declara que “somos estrictamente pequeñas máquinas que vamos por ahí en un predecible universo maquinal gobernado por leyes inmutables”(11).

El materialismo mecanicista, al separar la mente de la materia y negar el espíritu o la conciencia, impuso una visión reduccionista del inmenso potencial humano creando grandes limitaciones a la vida. El único valor básico que los materialistas sacan a relucir es el instinto de supervivencia, “la máquina genética quiere perpetuarse”. El universo material o naturaleza, incluido el ser humano, se ve de manera simplista como una máquina gigantesca que podemos comprender desarmándola y que se oxida y deteriora de manera inevitable (entropía). Este erróneo enfoque al considerar que el mundo fuera de nuestra mente no es más que materia sin vida, que actúa según leyes predecibles y mecánicas, y desprovista de toda cualidad espiritual, nos separó de la naturaleza que nos sustenta, nos alienó de nuestras potencialidades y creó una cultura sustentada en el miedo. En esta forma de pensar no puedo cambiar nada porque yo no desempeño ningún papel en la realidad. La falsa creencia nos dice que la realidad ya está allí. El observador no tiene ningún rol. Señala la investigadora lynne Mcttaggart: “Está visión de separación, es una de las cosas más destructivas... Ahora nos damos cuenta de que el paradigma oficial está equivocado. No estamos separados. No estamos completamente solos”(12). Por el contrario, la nueva ciencia, ciencia con conciencia, nos da otra perspectiva: nosotros por el simple hecho de observar estamos afectando la realidad, somos participantes, creamos nuestra propia realidad. Todo está íntima y sutilmente interconectado en un universo viviente.

Los nuevos descubrimientos cuánticos nos hablan de un universo orgánico, inteligente y holístico, esto es, cuyas partes están interconectadas y se influyen mutuamente. Un aspecto esencial es que “la física cuántica ha borrado la marcada distinción cartesiana entre sujeto y objeto, entre observador y observado, que ha dominado a la ciencia durante cuatrocientos años. En la física cuántica, el observador influye en el objeto observado. No hay aislados observadores de un universo... la conciencia es considerada como un componente fundamental de la realidad”(13). Como afirma el físico Amit Goswami “la conciencia es la base de todo ser”(14). En síntesis, citando al astronauta Ed Mitchel: “Si cambiamos nuestra mentalidad acerca de quienes somos y podemos vernos como seres creativos y eternos , que generan la experiencia física, unidos en ese nivel de existencia que llamamos ‘conciencia’, entonces empezaremos a ver y a crear este mundo en el que vivimos, de manera muy diferente”(15).

Ajenas a toda esta revolución de las creencias que afirman la soberanía individual, las fosilizadas corrientes políticas tradicionales, de derecha e izquierda, promulgan la expansión del Estado, con algunas diferencias de matices. Así, el objetivo fundamental de la “izquierda”, extrema y “democrática”, es fortalecer aún más el Estado, más control sobre el individuo, más policía, más trámites, más impuestos, con el mentiroso discurso de la “justicia social” y con una sociedad organizada parasitariamente en torno a ese Estado.

Hoy como nunca, el ser humano es un esclavo sometido a la vigilancia constante, a la persecución y violencia de los agentes del Estado, sean estos “democráticos” o totalitarios, y todo dentro de la más absoluta legalidad o Estado de derecho. En este entorno de esclavitud la “justicia”, uno de los mitos políticos modernos, se ha convertido en el gran terror del ciudadano del siglo XXI. El ser humano sufre un miedo constante de ser involucrado en un proceso judicial, esto es de ser empapelado durante años por las mafias del Estado, convirtiendo, de esta manera, a la “justicia” en un arma contra el ciudadano y las libertades individuales y, sobre todo, en una censura a la libertad de expresión.

Ante el dominio político de estas corrientes estatistas –totalitarias por naturaleza-, de izquierda o de derecha, que amenazan de muerte la libertad individual se alza como verdadera alternativa el libertarismo, que afirma como valor supremo la libertad individual en cuya base está la propiedad privada no monopolista y la ética natural. El libertarismo reconoce, como bien señalara Murray Rothbard, que “el Estado es un enemigo parasitario de la sociedad y que crea una élite dirigente que domina a los demás ciudadanos y obtiene sus ingresos mediante coerción”(16), por lo que promulga la abolición del Estado y en su lugar el desarrollo de una organización social cimentada en la iniciativa, participación y cooperación individuales, en las asociaciones voluntarias, en las comunidades autónomas, en el desarrollo del espíritu local y en la federación libre.
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NOTAS :

1. El desafío neoliberal, Barry B. Levine compilador. Grupo Editorial Norma, Colombia, 1982, pág. 322; 2. Ídem., pág. 450; 3. Murray Rothbard, La ética de la libertad. Unión editorial, Madrid, 1995, págs. 253 y 239; 4. David Rothkopf, El club de los elegidos. Ediciones Urano, España, 2008, págs. 95, 153, 80, 122 y 67; 5. Erich Fromm, Tener o ser. Fondo de Cultura Económica, México, 1976, pág. 44; 6. Dalmacio Negro, La tradición liberal y el Estado. Unión Editorial, España, 1995, pág. 240; 7. Ídem., pág. 187; 8. Revista Discovery Salud No. 125, ¿Realmente son las Bacterias y los virus responsables de la mayoría de las enfermedades?; 9. Diccionario del pensamiento marxista, Tom Bottomore, Editorial Tecnos, Madrid, 1984; 10. William Arntz, Betsy Chasse y Marck Vicente, ¿¡Y tú que sabes!? Editorial Kier, Buenos Aires, 2007, pág. 17; 11. Ídem., pág. 18; 12. Ídem.; 13. Ídem., pág.81; 14. Ídem., pág. 70; 15. Ídem., pág. 83; 16. Murray Rothbard, Hacia una nueva libertad. El manifiesto libertario. Editorial Grito Sagrado, Buenos Aires, 2005, pág. 357.


Bogotá, septiembre 19 de 2010



20/5/10

EL ORIGEN DEL PROYECTO SOCIALFASCISTA DE MOCKUS

Diana Duque Gómez

La historia de la humanidad ha sido la lucha del ser humano por conservar y ampliar su libertad individual y su independencia atacadas constantemente por toda clase de poderes autoritarios, siendo el mayor de ellos el Estado. Expresa el investigador e historiador Dalmacio Negro que “ser liberal en el sentido original exige oponer la libertad a la razón de Estado, pues significa, decía Leo Strauss, ‘practicar la virtud de la liberalidad’, confundiéndose ‘el hombre verdaderamente liberal con el hombre virtuoso’”(1). Porque es con la dinámica inmensa de su libertad individual y su creatividad que el ser humano despliega todas sus potencialidades constituyendo sociedades libres basadas en la cooperación natural, esto es, como dijera Hayek, en “el orden espontáneo y no en el orden por decreto”.

Mundialmente asistimos al reforzamiento del poder totalitario del Estado con sus diferentes ropajes, a saber, democrático, benefactor, comunitario, socialdemócrata, social de derecho, etc., y a la proliferación de fundaciones y de innumerables organizaciones que lo promueven colocando en inminente peligro de muerte la libertad individual.

El totalitarismo es una concepción política de la dominación total sobre el individuo y sobre la sociedad a través del Estado cuya característica fundamental es el monopolio de la violencia y de la expoliación para coaccionar, intimidar y expropiar. Nadie está a salvo del poder totalitario. En general, el totalitarismo es de izquierda (socialismo) o de derecha (fascismo) o una combinación de los dos (socialfascismo). En la actualidad, el totalitarismo plenamente consolidado es el abiertamente comunista como el de China, Corea del Norte y Cuba, donde la libertad individual y la propiedad privada están completamente abolidas.

Uno de los orígenes del movimiento mockusiano lo encontramos en una empresa alemana, GTZ, que ha logrado de manera muy eficaz adentrarse en los asuntos políticos de 130 países (2) para difundir el dogma social- fascista de “todo dentro del Estado, nada fuera del Estado, nada contra el Estado”. Esta ideología totalitaria del siglo pasado que hoy se presenta como una renovación de la política y con un disfraz altruista que propugna por la “legalidad”, la “paz” y la “educación”, “legitimada” por la fraudulenta democracia electoralista, pretende fortalecer al máximo el poder del Estado para sofocar cualquier manifestación de libertad individual y lograr un control estatal absoluto, tal como sucedió en la Alemania nazi, en la Italia fascista, en la Unión Soviética y como ocurre hoy en la Venezuela chavista y comienza a darse en casi toda América Latina.

La Agencia de Cooperación Técnica Alemana, GTZ, fue fundada en 1975 por Erhard Eppler, un sagaz político y exministro alemán, exnazi (3), perteneciente al ala izquierdista del Partido Socialdemócrata. Con la “cooperación” de esta agencia se desarrolló el movimiento creado por Antanas Mockus Visionarios por Colombia que hoy (2010) lo tiene como uno de los candidatos favoritos a la presidencia de Colombia por el Partido Verde, el cual fue fundado en 2005 por los reinsertados y amnistiados del M-19 Carlos Ramón González Merchán y Héctor Elías Pineda (4). Hace menos de un año, en junio de 2009, Antanas Mockus viajó a Alemania invitado por GTZ para asistir al Diálogo de Eschborn 2009 (5), un foro anual que realiza la GTZ desde 1998 sobre tácticas y estrategias políticas.

La encargada de coordinar la campaña presidencial de Mockus en las regiones, Viviana Barberena, “conoció a Mockus en 2008 mientras trabajaba para la Agencia de Cooperación Técnica Alemana GTZ, que colaboraba con el proyecto del movimiento Visionario.(...) A finales de ese año, Barberena dejó su trabajo en la fundación y comenzó a trabajar con el candidato del Partido Verde”(6). Cuando trabajaba para GTZ Barberena nunca ocultó su rechazo a la libertad individual. Por ejemplo, según el diario La Opinión, en febrero de 2009 en una reunión en Cúcuta con los alcaldes de diferentes municipios de Norte de Santander, Barberena vociferó: “El individualismo asfixia a los nortesantandereanos”(7). Como sabemos individualismo es la palabra peyorativa que se utiliza para atacar la libertad individual.

La GTZ que tiene más de 30 años de experiencia en Colombia mantiene estrechas relaciones con influyentes organizaciones colombianas de izquierda como el CINEP (8), centro de investigación y de información de la Teología de la Liberación, el sector marxista cristiano de la Iglesia Católica, y se ha introducido en nombre de la cooperación y la paz en muchísimos estamentos colombianos, públicos y privados, de derecha e izquierda, entre los que están casi todas las principales universidades colombianas como la Universidad Javeriana, la Universidad de los Andes, la Universidad del Rosario y la Universidad Nacional, etc. desde donde salió la llamada Ola Verde (Ver la película La Ola) y “coopera” en un sinnúmero de proyectos en todo el país (9). Entre las actividades de la GTZ y el CINEP se encuentra también la publicación conjunta de libros (10).

Recordemos que el totalitarismo de izquierda (en la época del estalinismo) en una operación de submarinismo dentro de la Iglesia Católica engendró finalmente en los años sesenta la corriente de la Teología de la Liberación con sus obispos, sacerdotes y comulgantes. Como señaló el informe-denuncia del cardenal Wyszynski, en 1963, “se trata, en suma, no de ‘liquidar’ a la Iglesia, sino de sojuzgarla y ponerla al servicio de la revolución comunista”(11). Revela Ricardo de la Cierva que “Alemania es un centro ideológico y financiero de los movimientos liberacionistas”(12). Uno de estos movimientos, la Iglesia Evangélica Alemana “es una poderosa iglesia con un gran poder bancario, basado en unas poderosas inversiones en los mejores bancos de Suiza, Austria y sobre todo Alemania... Lo que muy pocos saben es que de los fondos de la Iglesia Evangélica Alemana ha salido, en estos últimos treinta años, mucho marco alemán y franco suizo (hoy euro) para la Teología de la Liberación. (...) Precisamente ahora están en casi toda América del Sur en misiones de captación evangélica, y están invirtiendo y fundando misiones por toda América Central”(13). El presidente del sínodo de la Iglesia Evangélica Alemana es Erhard Eppler, el mismo que fundó la Agencia de Cooperación Técnica Alemana, GTZ, (14) de quien Leonardo Boff, una de las estrellas de la Teología de la Liberación, exaltó: “Hoy os presentamos un rebelde de primera calidad: Erhard Eppler . Es uno de los pocos intelectuales entre los muchos políticos alemanes”. Por su parte Herbert Wehner uno de los contradictores de Eppler en el Partido Socialdemócrata lo llamó “un pietcong”, una mezcla de fanático religioso (pietista) y guerrillero vietcong (comunista) (15).

En sus palabras, el postulado central de GTZ es “el fortalecimiento del Estado de Derecho (como hizo Chávez en Venezuela con una Constitución hecha a su medida. N. de la a.)” (16) del cual se derivan los fundamentos socialfascistas de la campaña mockusiana, sintetizados en frases programáticas como “reforzaremos la presencia del Estado en todo el territorio nacional”, “se consolidará el monopolio estatal del uso legítimo de la fuerza”, “la justicia por mano propia será institucionalmente perseguida y socialmente rechazada”. Con esto último se decreta de antemano el fin de un derecho humano primordial, el derecho a la legítima defensa individual y colectiva. Todo lo anterior quedó concentrado en el perverso slogan de “Legalidad democrática”.

Para rematar el programa mockusiano dice que “dos colombianos cualesquiera se reconocerán unidos por el deber de acogerse a la misma Constitución”, según lo cual los colombianos no se unirán como tales por su territorio, su historia, su cultura, su idioma, sus sentimientos, su espíritu libertario sino por la Constitución del 91, considerada por el M-19 como su Constitución (17).

Al respecto, en un documento titulado “18 años de la Constitución Política de 1991” Mockus y sus compinches firmantes se duelen de que la Constitución de 1991, la Constitución antiliberal del M-19, cumple “18 años durante los cuales se han hecho 28 reformas, algunas de las cuales han amenazado con desdibujar una de las más grandes conquistas democráticas de los colombianos (...) que contó con la activa participación de movimientos insurgentes recién incorporados a la vida civil (...) 28 reformas a la Constitución de 1991, muchas de las cuales amenazan el espíritu del consenso social, el pacto de paz, el Estado social de derecho...”. Y concluye: “Con el fin de recuperar el espíritu de la Constitución de 1991 y superar los factores de riesgo mencionados, hacemos un llamado nacional para ratificar el consenso como pacto de paz fundante del Estado social de derecho colombiano y preservar la Carta Política (del M-19. N. de la a.) como ley de leyes, a fin de (...) sentar las bases legales y constitucionales para la reconstrucción de un nuevo país” (18). Es decir, para refundar la República, una república social fascista.

La libertad individual de todos los colombianos se encuentra gravemente amenazada, como nunca, por el fascistoide contagio juvenil que se ha desatado en apoyo del candidato socialfascista Antanas Mockus. Este profesor, cuya formación primordial –que es la que recibe el ser humano hasta los seis años y que da lugar al subconsciente-, se formó en un hogar que por su origen lituano en su esencia nunca vivió una cultura liberal. En su epigenética, esto es, en la experiencia de sus ancestros, sólo han existido culturas autoritarias como el zarismo, el estalinismo, el nazismo y de nuevo el estalinismo hasta 1991.

La enfermedad de Parkinson que padece Mockus es consecuencia de su carácter. La nueva medicina tiene muy claro que detrás de cada enfermedad existe un factor emocional desencadenante. Louise Hay, una popular y reconocida investigadora de este tema, en su libro Sana tu cuerpo, establece la causa probable de la enfermedad de Parkinson: “Miedo e intenso deseo de controlarlo todo y a todos”(19).

Posteriormente el candidato Mockus continuó su educación bajo el influjo intelectual de diversos autores de estirpe autoritaria como Immanuel Kant, ideólogo del dogma estatista, el rechtsstaat, donde “la coacción constituye un requisito imprescindible para realizar la moralidad”(20); en el caso de Mockus la moralidad socialfascista. El resto de su preparación la adquiere en Europa y en el principal centro intelectual de la izquierda colombiana la Universidad Nacional donde fue rector y completó sincréticamente su ideología estatista conformada por ideas kantianas, marxistas, trotskistas, estalinistas, maoístas, fascistas, etc., de todo menos ideas auténticamente liberales. Por ello es preciso tener muy presente que el carácter social de los colombianos surge de las ideas liberales, ideas libertarias.

En la campaña presidencial del socialfascismo mockusiano, incluido algún “liberal” tránsfuga como Enrique Peñalosa, encontramos marxistas-estalinistas como Luis Eduardo Garzón; marxistas indigenistas como Sergio Fajardo, fórmula vicepresidencial; marxistas trotskistas como Salomón Kalmanovitz, principal asesor económico; marxistas nacionalistas como varios exmiembros del M-19 que hacen parte de la dirigencia del Partido Verde; etcétera.

El liberalismo clásico existe primordialmente para impedir los abusos del poder del Estado y sus leyes opresoras y para ampliar la libertad individual. Esta libertad es condición sine qua non de la verdadera creatividad. Sin libertad individual y creatividad ninguna sociedad puede prosperar y ser feliz. Con razón Aynd Rand, eminente pensadora liberal, señaló: “El secreto de la felicidad es la libertad. El secreto de la libertad es el coraje”.


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NOTAS:

1. Dalmacio Negro, La tradición liberal y el Estado. Unión Editorial, Madrid, 1995, págs. 31 y 32; 2. www.gtzparaguay.org/agenda2008.htm ; 3. www.worldlingo.com/ma/enwiki/es/Erhard_Eppler ; 4. http://www.lasillavacia.com/historia/3895 ; 5. www.visionariosporcolombia.com/apc-aa/view.php3?vid=123&cmd[123]=c-1-23 ; 6. www.semana.com/noticias-propuestas-y-perfiles/quien-rodea-antanas-mockus/138164.asx ; ; 7. www.laopinion.com.co/noticias/index.php?option=com_content&task=view&id=25130&Itemid=28 ; 8. Diana Duque Gómez, Una guerra irregular entre dos ideologías. Intermedio Editores, Bogotá, 1991, pág. 146 a 152; 9. http://notauniandina.edu.co/html/090119NuevosdirectoresenfacultadesdeCienciasSocialeseIngenieria_imprimir.php , www.cercapaz.org/index.shtml?s=a&cmd[11]=c-1-%27Con%20quienes%20trabajamos%27&als[MIGA____]=Con%20quienes%20trabajamos ; 10. www.cinep.org.co/node/411 ; 11. El nuevo clero, Ediciones Geo, Brasil, 1982, pág. 39; 12. Ricardo de la Cierva, La teología de la liberación desenmascarada. Plaza & Janes Editores, España, 1986, pág. 78; 13. www.contestandotupregunta.org/misteriosdelvaticano.html ; 14. http://library.fes.de/pdf-files/bueros/vifa-latam/c01-02513.pdf , http://es.wikipedia.org/wiki/Deutsche_Gesellschaft_f%C3%BCr_Technische_Zusammenarbeit ; 15. www.basler.denkantoesse.ch/pages/02_f.html ; 16. http://www.bogota.diplo.de/Vertretung/bogota/es/07EZ/WerWirSind/Institutionen/seiteGTZ.html ; 17. El Espectador, 18 de mayo de 2010, pág. 4; 18. http://www.transparenciacolombia.org.co/NOTICIAS/tabid/134/ctl/Details/mid/755/ItemID/165/Default.aspx ; 19. Louise Hay, Sana tu cuerpo. Ediciones Urano, Barcelona, 2007, pág. 54; 20. Dalmacio Negro, La tradición liberal y el Estado. Unión Editorial, Madrid, 1995, pág. 199.

Bogotá, 20 de mayo de 2010

2/5/10

EL FASCISMO MOCKUSIANO

Explica Erich Fromm que “El fascismo es el punto más alto de la enajenación. Se hace al individuo sentirse impotente e insignificante, pero se le enseña a proyectar todas sus potencias humanas en la figura del jefe, en el Estado, en la ‘patria’, a quien tiene que someterse y adorar. Escapa de la libertad hacia una nueva idolatría”(1). El fascismo “resulta de la tendencia del capitalismo monopolista a ‘organizar’ toda la vida social de modo totalitario”(2). El derecho a la legítima defensa, a la protesta, a disentir, a la actitud crítica, en síntesis, a la libertad individual, son considerados como “indicios de descomposición del cuerpo social que el poder debe combatir, puesto que son contra natura... Todo lo que el individuo quiere ser, únicamente el Estado lo realiza, ... únicamente el Estado es moral”(3).

Hay que reconocer que sin saberlo millones de personas en Colombia están entregando su libertad; que en lugar de luchar por acrecentar la libertad individual han encontrado el camino de la esclavitud: el fascismo. Incapaces de un actuar moralmente libre y apasionadamente combativo sientan así pasiva protesta contra el sistema sinárquico de privilegios e injusticias atroces que rige en Colombia. Sistema “legal” diseñado para favorecer la corrupción, la expoliación, la opresión y el cinismo. Así, estos millones de colombianos se suscriben a un nuevo movimiento fascista el Partido Verde, la Ola Verde, los camisas verdes, una liturgia política en cuyo altar se sacrificará la libertad individual con la obediencia a la autoridad irracional de El Líder, en este caso el “honesto” profesor Antanas Mockus, su candidato presidencial. De paso satisfacen el arribismo que existe en muchos sectores de la sociedad colombiana con el intelectual. Ignorando lo que dijera Octavio Paz: “Nuestros intelectuales son el gran fracaso de América Latina”. Nos cuenta Jean Francois Revel que “si por ejemplo, entre las dos guerras mundiales, se suprime a los intelectuales que cedieron a la tentación fascista, o bien a la tentación estalinista, no queda mucha gente. La mayor parte de las glorias de la literatura y del arte italianos propugnaron el advenimiento y la consolidación del Estado fascista, en nombre de un ideal ‘revolucionario’: D’Annunzio, Pirandello, Papini, Marinetti con los futuristas, etc.”(4).

En general la educación que se imparte en Colombia producto de ese intelectualismo fracasado al que se refiere Octavio Paz, está fundamentada en una visión mecanicista del mundo, newtoniana y darwinista, que se mantiene con la repetición eterna de esas falsas creencias y muchas más derivadas de las mismas que anquilosan la mente, jibarizan la conciencia y abonan el terreno de la mansedumbre de espíritu necesaria para mantener una esclavitud voluntaria generalizada. Así esa educación obsoleta, oculta la existencia de la nueva visión del mundo que está generando una gran transformación y expansión libertaria de la conciencia procurada por los investigadores y filósofos de la física cuántica.

El fascismo siempre busca un apoyo indiferenciado de la población, se niega a ubicarse en el espectro político. Esto es lo que explica la presencia en el movimiento de Antanas Mockus del izquierdista “Lucho” Garzón, del liberal Enrique Peñalosa y de la socialista Alianza Social Indígena promotora del ex alcalde de Medellín Sergio Fajardo, fórmula vicepresidencial de Mockus, etc.

Como se sabe “Lucho” Garzón tuvo (¿tiene?) una vieja militancia en el Partido Comunista Colombiano (PCC), el cual lo nombró miembro de su Comité Ejecutivo Central en el XVI Congreso realizado en 1991 (5). Afirma su compañero Alfredo Molano, que “’Lucho’ ha logrado abrirse camino sin renunciar a sus principios”(6). Sergio Fajardo tiene fuertes vínculos con la izquierdista Alianza Social Indígena (ASI) –hoy respaldando al Partido Verde- fundada por Marcos Avirama, quien en 1980 fue capturado “por vinculación con el Movimiento M-19” (7). Durante la alcaldía de Fajardo, quien salió electo por la ASI, se conoció la infiltración subversiva de Freddy Escobar alias ‘Mateo’, representante personal del alcalde Fajardo en las Empresas Públicas de Medellín. Alias ‘Mateo’ “confesó ser miembro de las FARC”(8). En el computador de alias ‘Mateo’ se encontraron “correos enviados por el jefe guerrillero ‘Alfonso Cano’, en los que le da lineamientos sobre el trabajo de masas con el PC3 (Partido Comunista Colombiano Clandestino) y el Movimiento Bolivariano (9). Lo que explicaría que a la pregunta de si tenía temor de Chávez, Mockus respondiera: “No, tengo admiración en algunos aspectos”(10).

Una de las consignas del fascismo mockusiano es “la unión hace la fuerza”. Señala Ludovico Incisa que “la unidad es el dato prioritario y esencial del fascismo. La apelación a la unidad atrae de manera particular a la juventud y a las clases medias que se consideran, dentro de la escala social, en una posición de equidistancia de los extremos ... Bajo este aspecto, el fascismo se adapta a las clases medias de tal manera que se puede definir tendencialmente como la ideología típica de las clases medias y sobre todo como la ideología de las élites juveniles de la clase media. Esto no excluye que el fascismo adquiera un consenso masivo aun dentro del proletariado y en ciertos sectores del stablishment”(11).

Con el eventual advenimiento de Mockus a la presidencia de Colombia se consolidaría definitivamente el proceso de fascistización del país desarrollado con rigor durante ocho años por los dos gobiernos de Uribe Vélez, proceso planeado y avalado, como hoy, por la sinarquía* dueña del Estado colombiano.

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* Sinarquía : Conjunto de personas dueño del capital financiero, de las corporaciones, de los monopolios, de los grandes negocios y del Estado, que deciden los asuntos políticos y económicos de un país a través de ese Estado y por tanto controlan la vida humana misma.

NOTAS:

1. Erich Fromm, Psicoanálisis de la sociedad contemporánea. Fondo de Cultura Económica, México, 1963, págs. 196 y 197; 2. Tom Bottomore, Diccionario del Pensamiento Marxista. Editorial Tecnus, Madrid, 1984, pág. 312; 3. María Antonieta Macciocchi, Elementos para un análisis del fascismo I. Editorial El Viejo Topo, España, 1978, pág. 60.;4. Jean-Francois Revel, El conocimiento inútil. Editorial Planeta, Barcelona, 1989, pág. 288; 5. Semanario Voz, agosto 15 de 1991; 6. El Tiempo, 19 de octubre de 2003, pág. 2-7; 7. www.cidh.oas.org/countryrep/colombia81sp/Capitulo3.htm ; 8. www.miami.com “Ejecutivo estatal colombiano era de las FARC”, 9 de agosto de 2006; 9. www.eltiempo.com , “Las barras del fútbol, otro objetivo del PC3, ‘máquina de infiltración de las FARC”, septiembre 24 de 2006; 10. www.eluniversal.com , 26 de abril de 2010; 11. Norberto Bobbio y Nicola Matteucci, Diccionario de Política. Siglo Veintiuno Editores, España, pág. 677 y 678.

Bogotá, mayo 2 de 2010.

26/4/10

MOCKUS : EL MUSSOLINI CRIOLLO

Para prosperar las sociedades modernas deben reemplazar la esclavizadora cultura estatista por la fértil cultura libertaria. La primera está basada en el poder monopolista y coercitivo del Estado y la segunda en la capacidad creativa, solidaria y liberadora de la sociedad civil.

En el mundo contemporáneo la ideología enemiga a muerte de la libertad individual y, por tanto, de la concepción libertaria, es el totalitarismo en sus diferentes grados y manifestaciones. El pensador Ludwig von Mises lo definió así: “El totalitarismo es la subordinación de la vida entera de cada individuo, de su trabajo y de su ocio, a las órdenes de quienes ocupan el poder. Consiste en la reducción del hombre a un diente de rueda de la máquina de coerción y compulsión que todo lo abarca (el Estado). Obliga al individuo a renunciar a cualquier actividad que no merezca la aprobación del gobierno. El totalitarismo mantiene al individuo sujeto de la rienda desde la matriz hasta la tumba... El Estado determina su trabajo, su dieta y sus placeres. El Estado le dice qué tiene que pensar y en qué tiene que creer”(1). El fascismo, una de las formas de esta ideología, “resulta de la tendencia del capitalismo monopolista a ‘organizar’ toda la vida social de modo totalitario”(2). El modelo clásico de fascismo es el italiano que dio inicio a su cruento y liberticida destino en 1920, cuando Benito Mussolini, el Duce, pronunció su famosa frase: “Todo dentro del Estado, nada fuera del Estado, nada contra el Estado”(3).

Hoy en Colombia, el candidato presidencial Antanas Mockus, al igual que Mussolini, quien también fue profesor, ha afirmado que su proyecto está centrado en la “cultura de la legalidad”, es decir, en la cultura estatista. Este planteamiento fascista ha sido persistente en Mockus. En un escrito en 2003 lo enunciaba claramente: “Cumplimiento irrestricto de la ley”(4). De esta manera el candidato Mockus ha dejado una intención manifiesta de fortalecer aún más el Estado mafioso colombiano. Cualquier rendija que le quede a la libertad individual pretende taparla, sometiendo al ciudadano a los designios de ese Estado expoliador y sus leyes. Mockus ignora impúdicamente lo que afirmara la filósofa Simone Weil: “La ‘máquina del Estado’ es opresiva por su misma naturaleza; sus engranajes no pueden funcionar sin moler a los ciudadanos; ninguna buena voluntad puede convertirlo en instrumento del bien público, no hay modo de impedir su opresión salvo quebrándolo”(5).

Lord Acton afirmaba que “la libertad es el supremo objetivo político”(6). “La libertad es un principio moral, enraizado en la misma naturaleza del hombre. Es, en concreto, un principio de justicia” (Rothbard). Por eso, la libertad individual, valor primordial del ser humano, sólo puede garantizarse en un sistema político justo, esto es, donde todas las leyes estén sometidas a la ética de la libertad, “pues sólo puede obligarnos lo que es justo, nunca lo que es legal” (Thoreau).

Por otro lado, la perversa afirmación de Mockus de que “estamos en una sociedad donde en parte todavía somos menores de edad”(7) nos recuerda que incluso Kant, considerado uno de los ideólogos del sistema estatista, esto es, la sociedad planificada por la legalidad impuesta por los dueños del poder económico o sinarquía, condenó esa ultrajante idea: “Un gobierno podría establecerse sobre el principio de la benevolencia hacia el pueblo, como la de un padre hacia sus hijos. Bajo tal ‘gobierno paternal’ (imperium paternale) los súbditos, como niños inmaduros que no pueden distinguir lo que les es verdaderamente útil o dañino, se verán obligados a comportarse en forma puramente pasiva y a depender del jefe del Estado. (...) Tal gobierno es el despotismo más grande que pueda concebirse”(8).

Como es evidente, el candidato Mockus, como cualquier Mussolini criollo, en todas sus declaraciones proclama la consigna fascista de “todo dentro de la ley, nada por fuera de la ley, nada contra la ley”. Sentencia que eufemísticamente está utilizando como eslogan de su campaña presidencial con la fórmula de “la legalidad democrática”.


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NOTAS:

1. Ludwig von Mises, Burocracia. Unión Editorial, Madrid, 1974, págs. 32 y 33; 2. Tom Bottomore, Diccionario del Pensamiento Marxista. Editorial Tecnus, Madrid, 1984, pág. 312; 3. Dalmacio Negro, La tradición liberal y el Estado. Unión Editorial, Madrid, pág. 231; 4. Análisis Político No. 48, enero-abril de 2003, página 9; 5. Simone Weil, Opresión y libertad. Editorial Suramericana, Buenos Aires, 1957, pág. 176; 6. Murray Rothbard, La ética de la libertad. Unión Editorial, Madrid, 1995, pág. 346; 7. El Espectador, 25 de abril de 2010, Pág. 42, “¿Del zurriago a la Palmeta?” de Carolina Sanín; 8. Tomado de Leonard Schapiro, El Totalitarismo. Fondo de Cultura Económica, México, 1981, pág. 48.

Bogotá, abril 26 de 2010

17/2/10

CRÍMENES SIN NOMBRE DEL NARCOESTADO

Diana Duque Gómez

Las revelaciones de la revista Cambio sobre “Néstor Caro, un extraditable que se paseaba como Pedro por su casa en el DAS”1, evidencian una vez más el contubernio –llamado eufemísticamente “infiltración”- del narcotráfico con el gobierno central, en este caso con un organismo que depende íntima y directamente del presidente Álvaro Uribe, su policía secreta. El informe dice que Caro es “un narcotraficante oriundo de Yopal, Casanare”, “cabeza de una organización de narcotraficantes del Llano y amigo de Miguel Arroyave hasta la muerte de éste”2.

Sobre Miguel Arroyave, “el señor de los líquidos”, quien estaba solicitado en extradición, es significativo recordar la curiosa pregunta que El Tiempo le hizo en una entrevista: “¿Usted conoce a José Roberto Arango, asesor del presidente Álvaro Uribe? ¿Es cierto que usted se entrevista con él y que él lo recibe en el Palacio de Nariño?”3. Diciente pregunta. Obviamente Arroyave respondió que no. Agrega Cambio que “las autoridades comprobaron que Néstor Ramón Caro o Felipe o El Duro, logró ponerse el falso ropaje paramilitar al lado de Javier Zuluaga Lindo, Gordo Lindo, y los hermanos Víctor Manuel y Miguel Ángel Mejía Múnera (Los Mellizos), después de pagar varios millones de dólares por el pasaporte de ingreso a Ralito. Los investigadores tienen la certeza de que Caro habría comprado por tres millones de dólares la franquicia de un grupo paramilitar que perteneció a Miguel Arroyave”4.

En este punto es necesario aclarar que una cosa son los grupos libertarios de legítima defensa antisubversiva o antitotalitaria, enemigos naturales de los estalinistas FARC y ELN, y otra muy diferente los ejércitos del narcotráfico cuyos capos principales reunidos en Santa Fe de Ralito fueron protegidos, exonerados y sus bienes legalizados por Uribe y su ley de “Justicia y Paz”. Sobre esto Doble Cero, comandante de un grupo de legítima defensa antisubversiva, el Bloque Metro, asesinado el 28 de mayo de 2004 en Santa Marta, en una entrevista para la revista Cromos explicó: “Las autodefensas se dividieron entre narcos y no narcos... Los narcos son los que maneja Don Berna”5. Como se sabe Don Berna lideró los acuerdos con el gobierno de Uribe desde Santa Fe de Ralito.

Dentro de este contexto, el señalado capo Miguel Arroyave y sus amigos en Los Llanos, con sus ejércitos, apoyados por los “infiltrados” en el gobierno de Uribe desataron una guerra de exterminio contra el pueblo del sur del Casanare –un verdadero genocidio- porque en dicha región existían grupos de legítima defensa antisubversiva que se negaban a colaborar con el narcotráfico y a participar en la mesa de negociaciones del uribista cartel de Santa Fe de Ralito. Esto muy probablemente provocó la reconocida iracundia de Uribe, quien se hizo el de la vista gorda para permitir que se consumara la masacre.

Al respecto, en su columna del 26 de septiembre de 2004, publicada en El Tiempo, Alfonso López Michelsen escribió: “Quienes forman parte del Gobierno difícilmente podrán apreciar la ola de rumores que circulan acerca de los secretos de éste. El número de muertos en Casanare es uno de ellos. Como es sabido, un enfrentamiento entre los propios paramilitares ha ocasionado bajas en ambas filas, que los uniformados calculan en más de 1.500 hombres. Los comunicados son esencialmente parcos y nuestras referencias provienen de los pilotos de los aviones en que son transportados los cadáveres, o de los camiones repletos de muertos, que hacen escala en las fincas aledañas a los escenarios en donde se cumplen las batallas”.

De este tipo de crímenes sin nombre secundados o perpetrados por el narcoestado uribista poco se entera la intimidada y desinformada opinión nacional.

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NOTAS:
1. Revista Cambio, 17 al 24 de abril de 2006 No. 668, págs. 20, 22 y 25.
2. Ídem., pág. 25.
3. www.bloquecentauros.org/detalle.php?id=107 .
4. Revista Cambio, No. 668, pág. 23.
5. Revista Cromos No.4465 de septiembre 5 de 2003.

Artículo publicado en La Otra Verdad Periodismo Investigativo No. 016 de mayo de 2006.

5/2/10

SOCIEDADES LIBERTARIAS

Diana Duque Gómez

El erróneo punto de vista darwinista de la supervivencia del más fuerte ha proporcionado una justificación para la explotación de los hombres y una legitimación al sistema patriarcal o dominación del fuerte sobre el débil y al instrumento fundamental de esa dominación el Estado, y se ha convertido en el sistema de creencias generalizado, a pesar de que ha sido refutada por muchos científicos como una “noción de la vida peligrosamente falsa”.

El biólogo celular Bruce Lipton en su revolucionaria obra La biología de la creencia refuta definitivamente el darwinismo y el neodarwinismo y afirma que “los seres humanos no poseemos un carácter innato, violento y competitivo, de la misma manera que nuestro destino no está marcado por unos genes que nos hacen enfermar o nos vuelven violentos”(1). Y agrega que hoy “a un lado de la línea está un mundo definido por el neodarwinismo, que considera la vida como una guerra interminable entre robots bioquímicos de batalla. Al otro lado de la línea se encuentra la ‘nueva biología’ (la Epigenética)*, que propone la vida como un viaje de cooperación entre individuos con infinitas potencialidades que pueden reprogramarse a sí mismos para experimentar una vida llena de alegría”(2). Ya en 1950, el antropólogo Ashley Montagu llega a la conclusión de que “la naturaleza de la vida es la cooperación”(3). Cabe resaltar que el mismo Darwin después de su famoso libro El origen de las especies (1859) publicó El origen del hombre (1871) donde ponía el énfasis en el principio de cooperación pero el libro pasó desapercibido por el estrépito que hicieron los defensores del patriarcado a quienes les venía como anillo al dedo la teoría de la selección natural o supervivencia del más fuerte.

Como respuesta a la escuela de “la supervivencia del más fuerte” el filósofo científico Pedro Kropotkin escribe ocho artículos, entre 1890 y 1896, en los cuales demostró que “existe en todo el reino de la naturaleza viviente una fuerza inconsciente que se expresa en un mutualismo”. El libro de Kropotkin Ayuda Mutua publicado en 1902 “fue la primera obra del siglo XX que puso en movimiento todas las ideas e investigaciones que para mediados de éste adquirieron forma en el principio de cooperación (...) proporcionando base científica a la cooperación voluntaria y la libertad”(4). Afirma Kropotkin: “la cooperación de los individuos es un factor mucho más importante en la lucha por el mantenimiento de la especie que la tan cacareada filosofía de la lucha de los individuos entre sí por los medios de vida”(5).

Por otra parte, la tradición de pensamiento patriarcal que heredamos y que constituye nuestro sistema de creencias difunde la idea de que este sistema de dominación ha existido siempre al igual que su gran invención el Estado.

Comencemos por decir que hace seis mil años existe la cultura patriarcal y antes de este sistema esclavista existieron sociedades libertarias, fundamentadas en el principio de la cooperación inherente a la naturaleza y en el orden espontáneo donde prevalecía el derecho natural o derecho materno. Al respecto, señala la gran antropóloga Riane Eisler, que la evidencia arqueológica muestra “una sociedad no estratificada y básicamente igualitaria, sin distinciones notorias basadas en la clase o el sexo... ésta era una sociedad matrilineal, es decir, una sociedad en que la descendencia y la herencia se traspasan por medio de la madre”(6). Un ejemplo de estas sociedades libertarias matrilineales floreció en la ciudad de Catal Hüyük, en el Valle de Anatolia y ha sido descrita por el investigador André Van Lysebeth de la siguiente manera: “es una verdadera ciudad de 10.000 habitantes de 9.000 años de antigüedad, la que en 1958 exhumó en Anatolia el arqueólogo inglés James Mellaart... Catal Hüyük estaba casi intacta... por primera vez se veía cómo vivía en el año de gracia 7.000 A de C. el ciudadano prehistórico, se visitaban sus casas con sus frescos, sus esculturas (...). Con sus casas de ladrillos crudos y techo plano... Sin duda los primeros huertos de almendros, de manzanos y de pistachos ya florecían; se han encontrado sus frutos... No hay calles: se circula de terraza en terraza, y siempre con ayuda de escaleras se pasa de un nivel a otro de la ciudad... Las casas eran antisísmicas... en una pared se ve un fresco de la ciudad y, en el horizonte, el volcán Hasan Dag en erupción. El suelo de la tierra apisonada estaba cubierto de esteras y tapices... Con frecuencia las paredes estaban decoradas con frescos, como el del toro rojo... Además del horno para pan, había un mortero para hacer harina de trigo o sorgo... La carne provenía en primer lugar de la caza (jabalí, ciervo, gamo, corzo, cabra montesa, gacela)... disponían de vajilla, compuesta de fuentes, vasos, platos, cucharas de madera... ¡e incluso tenedores!... La mujer era reverenciada, y según parece muy coqueta: cajas de afeites, espejos de obsidiana pulida, collares y anillos nos lo demuestran”(7). En esta sociedad con un orden espontáneo afirma Erich Fromm, “su modo de vida conducía al desarrollo de la cooperación y a la vida pacífica... No hay pruebas de que hubiera saqueo o matanza alguna en los años de existencia de Catal Hüyük;... y, prueba aún más impresionante de la ausencia de violencia, que entre los muchos centenares de esqueletos desenterrados, ni uno sólo presentaba señales de muerte violenta”(8). En dichas sociedades libertarias afirma la antropóloga Riane Eisler “todo estaba hecho para la vida feliz, apacible y confortable”, con “tecnologías que sustentan y mejoran la calidad de vida”(9). No había diferencias económicas importantes; existían los ricos pero no representaban poder.

Descubrimientos arqueológicos han hallado otras sociedades libertarias que como Catal Hüyük hacen parte de la civilización del Indo que abarcaba desde el Mediterráneo hasta el Asia Menor y la India: son las ciudades de Hacilar, Harappa, Mohenjo-Daro y Lothal; están también la antigua cultura minoica de Creta y la sociedad libertaria celta de Irlanda, entre otras. Con respecto a esta última, la celta de Irlanda, el economista e historiador Murray Rothbard subraya lo siguiente: “El ejemplo histórico más destacable de una sociedad con leyes y tribunales libertarios ha sido ignorado hasta ahora por los historiadores. Y no sólo los tribunales y la ley eran ampliamente libertarios, sino que operaban dentro de una sociedad puramente libertaria y sin Estado. Nos referimos a la antigua Irlanda –que persistió en este camino libertario durante aproximadamente mil años, hasta su brutal conquista por parte de Inglaterra en el siglo XVII... era una sociedad sumamente compleja que, durante siglos, fue la más avanzada, erudita y civilizada de toda Europa occidental. Durante mil años la antigua Irlanda celta no tuvo nada que se pareciera a un Estado”(10).

Por otra parte, ya desde el siglo XIX, investigadores como Federico Engels en su libro El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado hace referencia a estas sociedades antiguas donde imperaba el derecho materno y concluye de manera esclarecedora que “el derrocamiento del derecho materno fue la gran derrota histórica del sexo femenino (y de las sociedades libertarias. N. de la a.) en todo el mundo”(11),

Así el patriarcado hace posible su dominación con el derecho paterno, con el orden por decreto, donde inicialmente sólo heredaba el primogénito, teniendo como base la familia monogámica que, como señala Engels, “se funda en el predominio del hombre” y cuyo “fin expreso es el de procrear hijos cuya paternidad sea indiscutible”. Agrega Engels que “la monogamia entra en escena bajo la forma del esclavizamiento de un sexo por el otro, como la proclamación de un conflicto entre los sexos, desconocido hasta entonces... El primer antagonismo de clases que apareció en la historia coincide con el desarrollo del antagonismo entre el hombre y la mujer en la monogamia; y la primera opresión de clases, con la del sexo femenino por el masculino”(12). Recuerda Engels que la palabra familia viene de “Famulus que quiere decir esclavo doméstico, y familia es el conjunto de esclavos pertenecientes a un mismo hombre... Esta expresión la inventaron los romanos para designar un nuevo organismo social, cuyo jefe tenía bajo su poder a la mujer, a los hijos y a cierto número de esclavos, con la patria potestad romana y el derecho a la vida y muerte sobre ellos”(13).

El ser humano se encuentra esclavizado por el sistema de creencias patriarcal que se ha valido de la difusión, entre otras, de una visión reduccionista y falaz de la naturaleza humana basada en el absurdo concepto de que el hombre está colmado de peligrosos instintos que deben ser dominados, esto es, el nefando postulado de Maquiavelo de la maldad constitutiva de la naturaleza humana “precursora de la anarquía moral y social”, que se ha impuesto como eslogan manipulador, lo que conlleva, siguiendo a Maquiavelo, a atribuirle al Estado “su idoneidad para contener la maldad”, justificación perversa de la existencia inexorable del Estado, es decir, de la dominación de un grupo de facinerosos que mediante el monopolio de una supuesta moral, de la violencia y la exacción imponen el orden esclavista por decreto con el embaucador propósito de evitar el caos y la disolución de la sociedad.

En oposición radical a este dogma esclavista promotor del estatismo existe la cosmovisión libertaria que concibe la naturaleza humana como una potencialidad innata hacia la libertad individual, la bondad, la belleza y la cooperación (14), que tiene como fundamento ético el bienestar y la felicidad del hombre y que percibe la vida como un campo de posibilidades infinitas en cambio constante, generando un orden que sucede por sí mismo, un orden espontáneo.

Hoy esta cosmovisión libertaria está siendo fortalecida por una gran corriente iconoclasta que esta transformando nuestra manera de pensar y que alimentada por la divulgación de los descubrimientos de los científicos cuánticos, está permitiendo una expansión de la conciencia que está revelando la verdadera naturaleza de la realidad y de las potencialidades del ser humano. Dicha corriente se basa en el reconocimiento expreso de que “la conciencia juega un papel importante en la configuración de la realidad”(15), iluminando el camino del significado de lo que somos, cocreadores de la realidad y reafirmando que todo está íntima y sutilmente interconectado formando una unidad cósmica, lo que fortalece el principio de cooperación y redunda en la integración de la física y la metafísica, de la ciencia y la espiritualidad.

El conocimiento de la existencia de una realidad esclavizante es nuestra mejor manera de subvertirla. Por tanto, la liberación del ser humano esencialmente requiere crear conciencia y actitud crítica activa para romper los hábitos de pensamiento, los prejuicios, las ficciones y las aberraciones de unas ideas patriarcales que colocan al Estado como el gran dios y que debilitan al individuo haciéndolo sumiso y manejable. “Hay que echar abajo -en palabras de Jean Francois Revel- el montaje de una interpretación estatista-totalitaria del mundo, la lógica de la instalación de este sistema esclavista en el espíritu y la ceguera que introduce en él” para que afloren todas las potencialidades típicamente humanas. En síntesis, hay que vencer el dominio de las ideas esclavistas que proclaman la ineluctabilidad del Estado. La meta es una sociedad libre, pues como dijera Aldous Huxley “la libertad existe y tiene sentido únicamente dentro de una comunidad autorregulada de individuos que cooperan libremente”(16).


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NOTAS:

* La Epigenética es el estudio de los mecanismos moleculares mediante los cuales el entorno controla la actividad genética.

1. Bruce H. Lipton, La biología de la creencia. Palmyra Libros, España, 2007, pág. 272; 2. Ídem., pág. 36; 3. Ashley Montagu, Que es el hombre. Editorial Paidós, 1950, Buenos Aires, pág.51; 4. Ídem., pág. 30; 5. Pedro Kropotkin, Folletos Revolucionarios I, Tusquets Editor, Barcelona, 1977, pág. 16; 6. Riane Eisler, El cáliz y la espada. Editorial Cuatro Vientos, Santiago de Chile, págs. 15 y 16; 7. André van Lysebeth, Tantra el culto de lo femenino. Ediciones Urano, Barcelona, 2006, págs. 41-42; 8. Erich Fromm, Anatomía de la destructividad humana. Siglo XXI Editores, México, 1977, págs. 164 y 169; 9. Riane Eisler, El cáliz y la espada. Editorial Cuatro Vientos, Santiago de Chile, 1990, pág. 48; 10. Murray Rothbard, Hacia una nueva libertad : el manifiesto libertario. Grito Sagrado Editorial, Buenos Aires, Argentina, 2005, pág. 268; 11. Federico Engels, El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado. Editorial Progreso, Moscú, 1978, pág. 54;12. Ídem., pág. 63, 13. Ídem., pág.63; 14. Ashley Montagu, Que es el hombre, Editorial Paidós, Buenos Aires, 1969, pág. 125; 15. Amit Goswami, La ventana del visionario. Palmyra Libros, Madrid, 2008, pág. 26; 16. Aldous Huxley, Nueva visita al mundo feliz. Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1983, pág. 32.


Bogotá, febrero 5 de 2010