15/8/14

TERCERA VÍA : NEOESTALINISMO GRADUAL



Diana Duque Gómez
    
               
 “Hay dos maneras de engañarse. La primera consiste en creer lo que no es verdad; la segunda consiste en negarse a creer lo que es verdad".
Soren Kierkegaard

El totalitarismo de izquierda o socialismo es una ideología de la dominación y del poder total sobre el individuo, un poder total que detenta el monopolio absoluto de los medios de producción, de la fuerza de trabajo, de todos los aparatos económicos, informativos, culturales, ideológicos; que excluye cualquier tipo de actividad social independiente, cualquier forma de libertad y de orden espontáneo, sobre la base de un terror psíquico y físico altamente tecnificado y perfeccionado. Para obtener sus fines totalitarios, el socialismo se enmascara con objetivos aparentemente altruistas como “acabar con la pobreza extrema”, “cerrar la brecha entre ricos y pobres”, “paz, equidad y educación”, etc.

Un ejemplo histórico de implantación y desarrollo de un sistema totalitario socialista lo da la Unión Soviética y su régimen estalinista cuando impuso la colectivización forzosa del campo (1929-1930) que dejó 22 millones de muertos según Antonov Ovseienko. A lo que hay que sumar el segundo estalinismo que desencadenó un terror demente que, también, según Antonov Ovseienko, masacró a 19 millones de seres humanos entre 1930 y 1940. En otra aterradora “depuración”, entre 1945 y 1953, el estalinismo asesinó 9 millones más de personas (1). Todo justificado en su ideología socialista o comunista. Esto sin contar el sinnúmero de crímenes cometidos en la Europa oriental estalinista después de la Segunda Guerra Mundial, etc.

27/4/14

Mensaje al campesinado


 
LA POLÍTICA AGRARIA SANTISTA : UN GENOCIDIO

Diana Duque Gómez

La abyecta y lucrativa sumisión de la ralea gobernante colombiana ante la sinarquía* mundial dueña de todos los aparatos de control, que imponen sus políticas genocidas y ecocidas para apropiarse de los alimentos y de los recursos naturales, como la Organización Mundial del Comercio, OMC, explica el engaño sistemático contra el campesinado colombiano perpetrado por Juan Manuel Santos, actual presidente de Colombia, y sus predecesores, quienes han obedecido conscientemente las directrices de la OMC que buscan acabar con el campesinado y su tradicional, autosuficiente, diversa y bella producción natural de comida, patentando la producción de alimentos  que  obliga al uso de los devastadores agroquímicos y de las letales semillas transgénicas, cuyas patentes pertenecen a grandes corporaciones monopolistas como Monsanto, Nestlé, Unilever, Cargill, Dow Agrosciences, etc.

Veamos. Colombia como miembro de la Organización Mundial del Comercio, OMC, está comprometida a cometer crímenes como los siguientes:

El gobierno colombiano no puede proteger a sus campesinos: “Si cualquier país intenta proteger sus mercados locales, la totalidad de la comunidad mundial (entiéndase la sinarquía y sus corporaciones) tiene derecho a rebelarse contra sus ‘políticas proteccionistas’”.

Colombia no puede tener reservas de alimentos, esto incluye las semillas de costal u orgánicas: “Como indica el economista William Engdahl en The Seeds of Destruction (‘Semillas de destrucción’): Las normas de la OMC afirman que las naciones deben eliminar sus reservas de alimentos, quitarles aranceles sobre las importaciones y las exportaciones de productos alimentarios, y dejar de intervenir para apoyar a su sector agrícola interior, todo ello bajo la espléndida racionalización de que semejantes medidas a favor de la nación serían prácticas ‘que distorsionarían el comercio’, lo que dificultaría los ‘derechos’ de libre mercado de las corporaciones globales. Hoy en día una séptima parte de la población mundial carece de comida suficiente. En estas circunstancias, se puede relacionar  a la OMC con crímenes contra la humanidad más que con un debate académico sobre economía” (1).

La mejor forma de eliminar el campesinado es monopolizar la comida y para esto es necesario “arrebatar el control de la producción de alimentos a los agricultores independientes y depositarlo en manos de corporaciones gigantescas” (2).

Sólo desacatando y actuando por fuera de las imposiciones de lesa humanidad de la OMC y rechazando de raíz los engaños y las palabras mentirosas de lacayos como Juan Manuel Santos y su pandilla podrá el pueblo colombiano recuperar su independencia alimentaria tradicional acorde con la naturaleza y, por tanto, salvar lo más vital para Colombia: su campesinado, sus tierras, sus aguas y su belleza natural.

______

* Sinarquía: elite propietaria del capital financiero, de los monopolios, de las corporaciones y del Estado.

NOTAS:

1.   Daniel Estulin, El club de los inmortales. Ediciones B.S.A. Barcelona, 2013, págs. 64 y 65.
2.       Ídem., pág. 56.           


Bogotá, abril 27 de 2014

15/4/14

DEMOCRACIA ELECTORALISTA : ESTRATAGEMA CONTRA LA LIBERTAD INDIVIDUAL Y EL ORDEN ESPONTÁNEO



Diana Duque Gómez


Afirma Erich Fromm que “la democracia constituye un sistema que crea condiciones políticas, económicas y culturales dirigidas al desarrollo pleno del individuo… consiste en acrecentar realmente la libertad, iniciativa y espontaneidad del individuo” (1).

Sin embargo, la imposición generalizada de una nefasta cultura de la dominación estatal -concepción totalitaria del mundo cimentada en el despojo de la libertad, independencia y soberanía del ser humano- ha traído consigo que Estado y democracia  se  asimilen  en   un  mismo  concepto, desenmascarando la inoperancia histórica de la democracia al permitir precisamente que bajo ese mistificado nombre se lleve a cabo la mutilación constante de la libertad individual, lo que ha desembocado en que la democracia pueda establecer el más completo despotismo. En palabras del filósofo e historiador Dalmacio Negro, “la enorme concentración de poder de los Estados actuales y los medios que emplean para ejercerlo hace ilusorias todas las libertades” (2) convirtiendo a la llamada democracia en el instrumento idóneo para imponer la esclavitud.