Para prosperar las sociedades modernas deben reemplazar la esclavizadora cultura estatista por la fértil cultura libertaria. La primera está basada en el poder monopolista y coercitivo del Estado y la segunda en la capacidad creativa, solidaria y liberadora de la sociedad civil.
En el mundo contemporáneo la ideología enemiga a muerte de la libertad individual y, por tanto, de la concepción libertaria, es el totalitarismo en sus diferentes grados y manifestaciones. El pensador Ludwig von Mises lo definió así: “El totalitarismo es la subordinación de la vida entera de cada individuo, de su trabajo y de su ocio, a las órdenes de quienes ocupan el poder. Consiste en la reducción del hombre a un diente de rueda de la máquina de coerción y compulsión que todo lo abarca (el Estado). Obliga al individuo a renunciar a cualquier actividad que no merezca la aprobación del gobierno. El totalitarismo mantiene al individuo sujeto de la rienda desde la matriz hasta la tumba... El Estado determina su trabajo, su dieta y sus placeres. El Estado le dice qué tiene que pensar y en qué tiene que creer”(1). El fascismo, una de las formas de esta ideología, “resulta de la tendencia del capitalismo monopolista a ‘organizar’ toda la vida social de modo totalitario”(2). El modelo clásico de fascismo es el italiano que dio inicio a su cruento y liberticida destino en 1920, cuando Benito Mussolini, el Duce, pronunció su famosa frase: “Todo dentro del Estado, nada fuera del Estado, nada contra el Estado”(3).
Hoy en Colombia, el candidato presidencial Antanas Mockus, al igual que Mussolini, quien también fue profesor, ha afirmado que su proyecto está centrado en la “cultura de la legalidad”, es decir, en la cultura estatista. Este planteamiento fascista ha sido persistente en Mockus. En un escrito en 2003 lo enunciaba claramente: “Cumplimiento irrestricto de la ley”(4). De esta manera el candidato Mockus ha dejado una intención manifiesta de fortalecer aún más el Estado mafioso colombiano. Cualquier rendija que le quede a la libertad individual pretende taparla, sometiendo al ciudadano a los designios de ese Estado expoliador y sus leyes. Mockus ignora impúdicamente lo que afirmara la filósofa Simone Weil: “La ‘máquina del Estado’ es opresiva por su misma naturaleza; sus engranajes no pueden funcionar sin moler a los ciudadanos; ninguna buena voluntad puede convertirlo en instrumento del bien público, no hay modo de impedir su opresión salvo quebrándolo”(5).
Lord Acton afirmaba que “la libertad es el supremo objetivo político”(6). “La libertad es un principio moral, enraizado en la misma naturaleza del hombre. Es, en concreto, un principio de justicia” (Rothbard). Por eso, la libertad individual, valor primordial del ser humano, sólo puede garantizarse en un sistema político justo, esto es, donde todas las leyes estén sometidas a la ética de la libertad, “pues sólo puede obligarnos lo que es justo, nunca lo que es legal” (Thoreau).
Por otro lado, la perversa afirmación de Mockus de que “estamos en una sociedad donde en parte todavía somos menores de edad”(7) nos recuerda que incluso Kant, considerado uno de los ideólogos del sistema estatista, esto es, la sociedad planificada por la legalidad impuesta por los dueños del poder económico o sinarquía, condenó esa ultrajante idea: “Un gobierno podría establecerse sobre el principio de la benevolencia hacia el pueblo, como la de un padre hacia sus hijos. Bajo tal ‘gobierno paternal’ (imperium paternale) los súbditos, como niños inmaduros que no pueden distinguir lo que les es verdaderamente útil o dañino, se verán obligados a comportarse en forma puramente pasiva y a depender del jefe del Estado. (...) Tal gobierno es el despotismo más grande que pueda concebirse”(8).
Como es evidente, el candidato Mockus, como cualquier Mussolini criollo, en todas sus declaraciones proclama la consigna fascista de “todo dentro de la ley, nada por fuera de la ley, nada contra la ley”. Sentencia que eufemísticamente está utilizando como eslogan de su campaña presidencial con la fórmula de “la legalidad democrática”.
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NOTAS:
1. Ludwig von Mises, Burocracia. Unión Editorial, Madrid, 1974, págs. 32 y 33; 2. Tom Bottomore, Diccionario del Pensamiento Marxista. Editorial Tecnus, Madrid, 1984, pág. 312; 3. Dalmacio Negro, La tradición liberal y el Estado. Unión Editorial, Madrid, pág. 231; 4. Análisis Político No. 48, enero-abril de 2003, página 9; 5. Simone Weil, Opresión y libertad. Editorial Suramericana, Buenos Aires, 1957, pág. 176; 6. Murray Rothbard, La ética de la libertad. Unión Editorial, Madrid, 1995, pág. 346; 7. El Espectador, 25 de abril de 2010, Pág. 42, “¿Del zurriago a la Palmeta?” de Carolina Sanín; 8. Tomado de Leonard Schapiro, El Totalitarismo. Fondo de Cultura Económica, México, 1981, pág. 48.
Bogotá, abril 26 de 2010
Creo que este analisis es correcto. Aun asi, a quienes nos interesa una sociedad construyendo un estado libertario nos conviene mas un ambiente de legalidad para trabajar por ello.
ResponderEliminarrespeto su postura pero le puedo preguntar prefiere el actual estado regido por una declarada guerra a la legalidad y a los entes de justicia?
ResponderEliminarNo me explique suficiente. Lo que digo es que quizas Mockus no sea el Mussolini Criollo sino un Nuevo Hombre de las Leyes. Que en el marco de un regimen de este tipo sera posible para las victimas de esta guerra y para la sociedad ofendida, cobrar su venganza judicial y los libertarios encontraran algun espacio para construir.
ResponderEliminarSe equivoca, el Facismo no es capitalista es socialista, pues su idea es que la economia este ajustada al estado, es decir hay capitalismo de estado como en cuba la U.R.S.S y Venezuela.
ResponderEliminarponer todo dentro de la Ley no es Facismo, por ejemplo la ley puede garantizar el derecho a la libertad religiosa, a la libre empresa o al libre desarrollo de la personalidad, el respeto de esa ley no es facismo o de lo contrario usted diria que un asesino en serie no debe ser penalisado pues aunque la ley prohibe matar es tiene la libertad de hacer lo que quiere.
ResponderEliminarVieron la pelicula Portero de Noche de Liliana Cabani? Dentro del regimen hitleriano los alemanes son sometidos a matar 6 millones de judios. Y las victimas se enamoran de sus torturadores. Unos y otros los individuos podemos funcionar para el facismo. Somos afectables por el facismo los humanos, como victimas o ejecutores. En cualquier ambiente, socialista o capitalista. Poruq un lider fuerte nos libera del duro ejercicio de pensarnos y responsabilizarnos de nuestro destino.
ResponderEliminarVieron la pelicula de Liliana Cabani, Portero de Noche? Mientras un lider fuerte nos releve de la dura tarea de pensarnos y responsabilizarnos de nuestro destino, unos hombres pueden ser sometidos a matar a otros y las victimas pueden enamorarse de sus torturadores. En el ambiente del capitalismo o del socialismo.
ResponderEliminar¿piensas que en un pais donde se comenten tantos delitos dia a dia
ResponderEliminardonde hay guerra y se matan muchar personas
donde no hay un sistema de ley lo suficientemente fuerte para quitarles esa "libertad" de hacer el crimen a todos los asesinos y ladrones...necesitamos un gobierno que diga "libertad...hagan lo que quieran...0 fascismo"??? no, necesitamos justicia, que ser cumplan las leyes, y se reformen las leyes que no son justas...yo creo que para muchos de ustedes, todos los gobiernos democraticos son fascismo, totalitarismo, dictadura...pero, todo no es tan bonito y honesto aca, como para tener un pais sin ejercito y con libertad...
Es bastante curioso, por las citas y los argumentos, hay cierto confusión entre Anarquía y Liberalismo. Es cierto que todo Estado es opresor, la democracia es una dictadura del votante medio sobre los extremos. No obstante, para poder convivir y garantizar el respeto a las libertades individuales debemos renunciar a una parte de ellas. Por otra parte, la visión debe ser dinámica y enfocada en el largo plazo: mientras no se de un proceso de formación de ciudadanos, la democracia será débil. Ya veremos qué deciciones de mayor de edad kantiano toman los electores del futuro, pero por ahora, nuestro primer mejor es formar a esos electores.
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