Diana Duque Gómez
Una de las grandes verdades ocultada celosamente por el gobierno del presidente Uribe es el enorme crecimiento, expansión y consolidación de las FARC, organización subversiva perteneciente al esclavismo totalitario de “izquierda”.
Este ocultamiento genocida y liberticida, que lleva cerca de cinco años, para el cual Uribe cuenta con la sinárquica familia Santos propietaria del diario El Tiempo, el mayor y más influyente medio informativo de Colombia, y que hace parte esencial del gobierno en el ministerio de Defensa con Juan Manuel Santos y en la vicepresidencia con Francisco Santos, pretende, ante todo, simular una bonanza para proteger e incrementar los negocios de la rapaz sinarquía bogotana y antioqueña dueña del Estado, incluidos la venta óptima de sus grandes empresas (el diario El Tiempo es una de ellas) a las multinacionales, antes de que el totalitarismo de “izquierda” le arrebate el Estado, y los generados por el narcotráfico, que son los más lucrativos y cuyos narcodólares son la causa de la ruinosa revaluación del peso con una fuerte tendencia inflacionaria. El fundamento político y económico del gobierno de Uribe es el estatismo mercantilista en connivencia con la mafia narcotraficante de sus afectos. La producción de cocaína ha aumentado notoriamente durante el mandato uribista como lo consignó Portafolio en octubre de 2006: “Cultivos ilícitos crecen 15 por ciento en los últimos dos años”(1). En enero de 2007 el analista económico César Caballero corrobora: “es importante reconocer la permanencia y el dinamismo del narcotráfico en estos cuatro años” (2). Una información del 26 de abril de 2007 en El Nuevo Herald certifica este crecimiento: “El precio de la cocaína en las calles de Estados Unidos bajó el año pasado mientras que su pureza aumentó, dijo John Walters, el zar antidrogas de la Casa Blanca, en una carta privada a un senador estadounidense (…) Los precios de la cocaína y su pureza son un barómetro de la disponibilidad de la cocaína. Precios más bajos y mayor pureza indican que la oferta de la droga se mantiene robusta… Colombia produce el 90% de la cocaína que llega a Estados Unidos”.
A pesar de que a Uribe el 72% de los colombianos inscritos para votar no lo apoyó en su reelección -55% se abstuvo y 17% votó por otros candidatos, esto es, que Uribe sólo contó con el 28% de los electores-, los medios de comunicación le han hecho creer al país y a la comunidad internacional que Uribe tiene un respaldo mayoritario abrumador. Algo muy similar ocurrió en la primera elección.
Amparado en esa falacia Uribe y sus secuaces se consagraron a hacer el más criminal de los potemkinismos, es decir, a armar todo tipo de montajes para aparentar que Colombia va muy bien, cuando la realidad -no las estadísticas alteradas ni las encuestas amañadas ni los falsos positivos ni las baladronadas de Uribe- muestra que los colombianos amantes de la libertad están a punto de perder su máximo haber la libertad individual, en medio de una pobreza generalizada.
Uno de esos montajes difunde a diario que gracias a la llamada política de “Seguridad Democrática” el gobierno está acabando con la “izquierda” armada encarnada en las FARC y otras guerrillas menores como el ELN. Esta fábula ha generado mucha confusión y ha hecho que gran parte de la opinión antitotalitaria, antiesclavista, baje la guardia. Lo que se suma a la traidora desmovilización de las AUC (Autodefensas Unidas de Colombia) concertada entre Uribe y los grandes narcotraficantes que usurparon la comandancia de ese movimiento libertario, cuyos ejércitos confederados estaban derrotando a las FARC y sus adláteres. Es tan aberrante la falta de principios de estos usurpadores que uno de sus asesores políticos, el argentino Juan Rubbini, en un artículo publicado el 23 de abril de 2007 en la página Web del jefe de las desmovilizadas AUC Salvatore Mancuso, propone impúdicamente que “con vistas a 2010” “en reemplazo de la estigmatizada sigla AUC”, se adopte un nombre electoralista como “Unión Democrática Tricolor (UDT)” que “acompañe en su coalición a un gobierno presidido por Lucho Garzón” actual alcalde de Bogotá, jerarca del Polo Democrático Alternativo y quien fuera viejo militante del Partido Comunista Colombiano, el cual lo nombró miembro de su Comité Ejecutivo Central en el XVI Congreso realizado en 1991 (3).
En la práctica, la política de “Seguridad Democrática” le está entregando el país con las manos amarradas al totalitarismo de “izquierda” integrado principalmente por el Polo Democrático Alternativo (PDA) y las FARC. El PDA, que en las últimas elecciones presidenciales (2006) obtuvo 2’600.000 votos, incluye entre las organizaciones que lo componen al Partido Comunista Colombiano, padre de las FARC. Sin duda, el PDA es, de hecho, una inmensa base de apoyo de las FARC en la “legalidad” y en todo el país; como mínimo los militantes del PDA cuando no les colaboren activamente serán conniventes, lo cual hace parte de la guerra irregular y su táctica primordial la combinación de todas las formas de lucha, “legales” e ilegales, practicada por el totalitarismo de “izquierda” desde la época del camarada Lenin. Además, las FARC cuentan con dos nuevos engendros: el Partido Comunista Clandestino conocido como el PACOCLAN o PC3 y el Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia, también clandestino. La función principal de estas organizaciones es perfeccionar la infiltración.
A favor de las FARC y su base de apoyo también está el “izquierdista” contexto latinoamericano y en particular países fronterizos de Colombia como Venezuela y Ecuador donde respectivamente el estalinismo castrista y el estalinismo cristiano o teología de la liberación se adueñaron del Estado con Hugo Chávez y Rafael Correa. Como vaticinara Pierre Courtade, “Stalin no ha desaparecido en el pasado, sino que está hundido en nuestro futuro”.
Este perverso engaño de la política de “Seguridad Democrática”, con el cual Uribe desarmó a la Colombia libertaria, fue puesto también en evidencia por una investigación en el terreno de las FARC dirigida por el profesor James J. Brittain de la Universidad de New Brunswick, Canadá, publicada en la prestigiosa revista de “izquierda” Montly Review No. 4, volumen 57, en septiembre de 2005. Allí, Brittain escribe: “Examino la forma como las FARC-EP no sólo mantuvieron una presencia sustancial en la mayor parte del país, sino que han respondido agresivamente a la permanente campaña contrainsurgente. También revelo cómo es falsa la propaganda de los gobiernos de EEUU y de Colombia afirmando que las FARC están por ser derrotadas (…) En 2002, era generalmente reconocida la existencia de 105 frentes en todo el país. Los números obtenidos por el autor a través de la observación permanente directa y de entrevistas abiertas con las FARC-EP establecen que hay por lo menos 12 frentes adicionales”. Un cuadro del estudio, fundamentado en un sinnúmero de fuentes, muestra como en el año 1964 las FARC tenían presencia en 4 municipios y 40 años después, en 2004, esta presencia se encontraba en 1050 municipios.
Agrega Brittain que “Para responder a sus fracasos sistemáticos en los intentos de derrotar a las FARC-EP desde 1964, las administraciones políticas de Estados Unidos y de Colombia reformularon recientemente sus planes de contra-insurrección. Parte de la razón para esto es el fracaso de la orientación anterior: el Plan Colombia de Clinton… Este plan fue promovido como medio de reducir la disponibilidad y la utilización de cocaína en EEUU. Sin embargo, ni paró el flujo de cocaína para los países consumidores, ni proporcionó a los campesinos colombianos una alternativa al desarrollo de la cultura ilícita. En la primavera de 2005, se reconoció que el nivel de coca cultivado en Colombia, por el contrario había aumentado”.
Luego siguió el Plan Patriota sobre el cual Brittain anota: “El plan está en gran parte concentrado en los departamentos del sur de Colombia, Putumayo, Caquetá, Nariño y Meta (…) Estados Unidos y el gobierno colombiano intentan crear una imagen de que sus nuevos métodos de guerra están funcionando. Se afirma repetidamente que el Ejército colombiano está ‘por ganar’ y entrar profundamente en las fortalezas de las FARC-EP… y que ahora ‘no hay ninguna parte donde las fuerzas colombianas no puedan llegar’… Sin embargo, está muy claro que el Plan Patriota, de hecho, fracasó totalmente en derrotar a las FARC-EP (…) Durante mi entrevista con Raúl Reyes, me dijo: ‘Mire alrededor, aquí estamos. ¿Ve alguna tropa gubernamental? El Plan Patriota no dispersó a las FARC-EP. Nos movemos libremente por la región como lo hemos hecho en los últimos años’ (…) Al conducir una encuesta en primera mano y entrevistas en diez departamentos de Colombia descubrí que lejos de permanecer constantes, los miembros de las FARC-EP habían crecido en relación con el aumento de la extensión del movimiento. Ha sido bien documentado que las FARC-EP tienen cerca de 105 frentes, y que hay una media de 300-600 insurgentes por frente. Esto resulta en la media conservadora de 46.000 combatientes de las FARC-EP que es aproximadamente el número obtenido a través del proceso de entrevistas”. En otro cuadro con múltiples fuentes Brittain muestra como del año 2002, año del ascenso de Uribe a la presidencia, al 2004, en sólo dos años de la política de “Seguridad Democrática”, las FARC pasaron de 40.000 a 50.000 combatientes. “La contraofensiva de las FARC iniciada el 1 de febrero de 2005 demuestra la profundidad creciente de su fuerza (…) Desde julio y principio de agosto (2005), las FARC-EP se apropiaron totalmente del departamento de Putumayo incluyendo varias áreas adyacentes al sudoeste”(4).
Veamos algunos ejemplos recientes, tomados al azar de la poca información publicada, que evidencian la ofensiva y el avance de las FARC:
Después de la desmovilización de las autodefensas, el Puerto de Buenaventura, Valle, –el principal del país- está en jaque una vez los guerrilleros retomaron el control de la mayoría de los barrios como San Francisco, Lleras, La Inmaculada, Juan XXIII, La Playita, Pueblo Nuevo, etc. El Puerto de Buenaventura en 2006 “fue la ciudad más violenta del país, con una tasa de 138 homicidios por cada cien mil habitantes”. En total fueron asesinadas 404 personas. Los atentados terroristas llevados a cabo por milicias de las FARC también han golpeado al Puerto: 38 atentados en 2006 (5). “Este año han sido asesinadas más de 50 personas y se han perpetrado unos diez atentados con explosivos”(6).
Huila es uno de los departamentos con altos índices de inseguridad. En 2007, el 1º de marzo, un carro bomba estalló en Neiva dejando ocho personas heridas en un atentado de las FARC a la alcaldesa Cielo González. El sábado 3 de marzo una bomba retirada de una alcantarilla explotó y provocó la muerte de cuatro uniformados y una mujer. Una semana después se da el atentado de las FARC al concejal de Campoalegre Milton Gerardo Cortés donde murió Claudia Margarita Narváez y quedó un civil herido (7).
La situación en Tierralta, municipio del Alto Sinú en Córdoba, ex corazón de las AUC, es dramática. En los primeros 50 días del año 2007 hay 18 muertes violentas sin contar las muertes “no oficiales”, es decir, aquellos que son sepultados en el anonimato. En los primeros 45 días del año hubo dos atentados terroristas (8). Los frentes 5 y 18 de las FARC han retomado a sangre y fuego las zonas del Alto Sinú y el Nudo de Paramillo dejadas por las autodefensas (9).
En el departamento del Caquetá, sede del Plan Patriota, la situación no es diferente. El 21 de enero de 2007 el presidente del concejo de San Vicente del Caguán, Orduy Tejada, “aseguró que en las veredas del municipio las FARC se pasean como Pedro por su casa y realizan reuniones con líderes comunales… ‘A comienzos de enero (2007) asesinaron a un concejal y todos estamos amenazados’”(10). “El primero de enero del 2004 Luis Gonzaga Murcia Soto no se cambiaba por nadie. Había ganado una curul en el Concejo de El Doncello… Hoy, tres años y cuatro meses después, admite con tristeza que se equivocó. El 11 de julio de 2005, 17 días después del asesinato de cuatro colegas suyos y del secretario del Concejo de la vecina población de Puerto Rico, Murcia ingresó a la lista de concejales amenazados por las FARC, lista que desde el 2002 (año de inicio del gobierno de Uribe. N. de la a.) contabiliza unos tres mil concejales según la Federación Nacional de Concejos”(11).
Tumaco tiene fuerte presencia de la subversión: “Casi la mitad de las 382.000 hectáreas de Tumaco la conforman ríos y ensenadas, casi todos dominados por la guerrilla. Las FARC y el ELN están en las riberas del río Mexicano… Los ‘elenos’ también merodean (los ríos) El Rosario, que pasa por 15 veredas, el Gualajo, con otras cuatro, y el Chaguí, con 20 poblados. ‘La Fuerza Pública no ha entrado hasta esas ensenadas y ríos’, dice el alcalde de Tumaco, Nilo del Castillo”. (12). El Observatorio del Delito señaló que “Tumaco (Nariño) es una de las ciudades más violentas de Colombia” siendo la zona rural del Puerto la más afectada, ya que para 2006 se presentaron 179 homicidios y en el casco urbano 70… En el mes de enero del presente año (2007) ya se han registrado 20 muertes por homicidios”(13).
En Urabá, “las FARC siguen secuestrando en el corredor estratégico del Cañón de La Llorona. ‘A Urabá le tienen que poner mano dura. Ya se perdió la tranquilidad y las dificultades de hoy son enormes’, dice Leonardo Perea, alcalde de Mutatá. ‘Desde junio (a septiembre de 2006) van 8 plagios en la carretera que une la región con Medellín, la llamada Vía al Mar. En el norte de Urabá la situación también es complicada: las FARC han incursionado en veredas de Turbo y Necoclí y han asesinado a 5 personas para generar terror’, dice el secretario de gobierno de Antioquia, Jorge Mejía”.(14).
En noviembre de 2006 en el oriente de Cali, habitantes de la comuna 21 denunciaron desapariciones, homicidios selectivos y reclutamiento de menores por parte de las FARC (15). El 10 de abril de 2007 un atentado terrorista de las FARC con carro bomba contra la sede de los comandos de Policía de Cali y del Valle cobró la vida de un taxista, dejó heridas a 42 personas y damnificados a 216 comerciantes (16). El 4 de agosto del año anterior y el 17 de febrero de este año Cali fue escenario de atentados similares.
El 3 de mayo de 2007 francotiradores del frente 47 de las FARC bajo el mando de la guerrillera Karina alcanzaron el helicóptero Black Hawk que sobrevolaba un área de Samaná, Caldas, muriendo el coronel Juan Ricardo Muñoz y quedando herido el copiloto (17).
El 1 de mayo de 2007 se conoció que una oleada de 14 asesinatos obligó a 500 campesinos e indígenas a abandonar sus hogares en las veredas cercanas a Tame, Arauca. “Los asesinatos los ejecutan las guerrillas del ELN y las FARC, que los sacan de sus fincas y sus casas y les disparan y los acusan de ser informantes”, declaró el alcalde de esa localidad, Alfredo Guzmán (18).
El 9 de mayo de 2007 una emboscada del frente 23 de las FARC en Landázuri, Santander, dejó 9 policías muertos (19).
El 10 de mayo de 2007 la columna Víctor Saavedra de las FARC atacó con explosivos a soldados pertenecientes a la III División del Ejército en la zona de Tulúa, Valle, dejando 10 soldados muertos y 17 heridos (20).
Según informe de El Tiempo, “El número de colombianos que se van del país viene subiendo de acuerdo con cifras divulgadas por el Banco de la República con base en los registros del DAS. Durante los cuatro años terminados en junio pasado (2006) 760.000 colombianos se fueron del país”. Entre julio del 2005 y junio de 2006 220.000 personas viajaron al exterior; dicha cifra significa un aumento del 38% en el éxodo de Colombianos (21). Etcétera, etcétera.
Incuestionablemente bajo el gobierno de Álvaro Uribe y su falaz política de “Seguridad Democrática”, las FARC han crecido, se han expandido, se han consolidado y han aumentado sus acciones bélicas.
Mientras tanto Uribe y la sinarquía bogotana y antioqueña se han consagrado por todos los medios a satanizar y a criminalizar el derecho humano a la legítima defensa individual y colectiva, dejando a los colombianos inermes, con una Fuerza Pública corrupta, inficionada por el enemigo –en particular por el chavismo- e impedida legalmente para librar una guerra irregular. Nunca un ejército regular sometido a las leyes de la guerra convencional ha podido derrotar a un enemigo que libra una guerra irregular, que por naturaleza no obedece a ninguna limitación que frene su propósito. Por eso los únicos que en Colombia están en capacidad de derrotar a las guerrillas estalinistas y su base de apoyo en la “legalidad”, como lo venían haciendo y tendrán que hacerlo de nuevo, son los grupos de legítima defensa o agresión defensiva que le opusieron una guerra irregular libertaria a la guerra irregular del esclavismo estalinista.
Sólo la recuperación del derecho humano a la legítima defensa individual y colectiva, esto es, el derecho natural de los ciudadanos amantes de la libertad a armarse y organizarse para defenderse, y la plena conciencia de la brutal amenaza de las FARC y su base de apoyo el PDA contra la libertad individual de los colombianos, que lleven a la reactivación confederada de la guerra irregular libertaria, salvará a Colombia de un totalitarismo de “izquierda” de corte castro-chavista.
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Notas:
1. Portafolio, 4 de octubre de 2006, pág. 6; 2. Portafolio, 8 de enero de 2007, pág 3; 3. Semanario Voz, agosto 15 de 1991; 4. www.anncol.org/es/site/doc.php?id=1663 ; 5. El País, “Las rutas de la violencia se cruzan en Buenaventura”, por Ana María Saavedra, 28 de enero de 2007; 6. www.wradio.com.co/nota.asp?id=422912; 7. www.elnuevoherald.com, 4 de marzo de 2007; 8. www.elmeridianodecordoba.com , Editorial, 27 de febrero de 2007; 9. El Tiempo, 27 de noviembre de 2006, pág. 1-8; 10. www.elpais.com.co , “Concejo del Caguán sesionará en la Plaza de Bolívar de Bogotá, enero 21 de 2007; 11. El Tiempo, 13 de mayo de 2007, pág. 1-8; 12. El Tiempo, 16 de octubre de 2006, pág. 1-3; 13. www.diariodelsur.com.co/febrero/11/informe3.php ; 14. El Tiempo, 21 de septiembre de 2006, pág. 1-3; 15. El Tiempo, 18 de noviembre de 2006, pág. 1-10; 16. El Tiempo, 10 de abril de 2007, pág. 1-4; 17. El Tiempo, 4 de mayo de 2007, pág.1-4; 18. www.elnuevoherald.com/210/v-print/story/35349.html; ; 19. www.vanguardia.com/2007/5/10/jud1.htm ; 20. www.elcolombiano.com.co ; 21. El Tiempo, 4 de octubre de 2006, pág. 1-2.
Bogotá, 14 de mayo de 2007.
Publicado en www.opinionpress.com y en www.unicauca.edu.co .
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